Solo pensar dejar
este país siento una melancolía africana por dentro. Hoy, corriendo por Quinta
avenida trataba, aunque sea de bajar mis récords negativos de siempre. Trataba
correr un minuto más, unos treinta segundos, arrancar a esa atmósfera pegajosa
que tenía alrededor, un respiro decente. Sentía dolores en todo el cuerpo.